¿Y por qué no iba a serlo?
También son muchas las personas que consideran normal todo lo que ocurre antes de la sorpresa.
Si él sólo le levantaba la mano, pero nunca le dio. Al menos delante de mí. Él no era machista, es sólo que era muy tradicional. Él se ponía celoso, pero eso es porque la quería y tenía miedo de perderla. Él controlaba sus amistades pero era por su bien. No me vayas a decir ahora que decirle a alguien que sólo pase tiempo contigo es violencia de género. Es imposible que fuera violencia de género porque él la quería mucho. Él lo haría todo por ella: moriría por ella, mataría por ella. Le resultaría imposible una vida sin ella. Fíjate si la quiere que una vez ella cortó la relación y él lucho por ella hasta que la reconquistó: la esperaba en la puerta de su casa, en la puerta de su colegio. Con flores, más mono él. Tenían discusiones fuertes, según contaba ella, pero es que quien se pelea se desea. Además, es que él era muy pasional. Luego se arrepentía y siempre le pedía perdón de la forma más bonita. Era un romántico.
Así de normal nos parece el maltrato, que incluso no sabemos percibirlo hasta que no vemos hostias. Y ojalá todo empezara con una, así nos resultaría de lo más fácil mandar a la mierda a nuestro maltratador y salir echando leches. Pero el maltrato invisible -o invisibilizado- es el que nos hace aceptar lo de después. Y el maltrato invisible -el emocional- por sí sólo ya acarrea graves consecuencias al desarrollo de una persona después de haberlo sufrido.
Y pasa desapercibido por las formas de comunicación, es difícil detectarlo y mucho más para la persona que lo está sufriendo. Un maltratador no te prohíbe hacer algo porque tú ya sabes que nadie te obliga a nada -eso sí nos han enseñado que es maltrato- pero hay muchas formas de obligar. Un maltratador no te dirá que no salgas más con tus amigos, te dirá que le hace daño verte con otros, se pondrá a llorar y usará cualquier tipo de chantaje para que te sepa mal volver a hacerle daño. Te culpará a ti, indirectamente, del daño que le causan los celos, y toda solución recaerá en ti. Y ahí te quedas tú, eligiendo si hacer daño a la persona que quieres o no -al menos así se ha encargado él de hacértelo ver.
Un maltratador no te va a hacer sentir mal por tu físico de forma directa. Usará el silencio cuando lleves algo que no le gusta y burlas sobre tus complejos para que seas consciente de ellos. Y luego te va a decir que para él eres perfecta. Toda tu autoestima se hundirá en la miseria, si no lo está ya por los cánones de belleza, y él te recordará una y otra vez que para él sí que eres guapa. Sentirás que sólo él es capaz de ver tu belleza y que es toda una suerte que le hayas encontrado.
Te sentirás infravalorada en gustos, valores y aficiones. Porque lo que tú haces no cuenta, lo que tú tengas que decir no es demasiado importante y seguramente tu opinión no sea bien recibida. Pero eso no te lo va a decir pegándote, eso te lo va a transmitir con silencios, con sarcasmos, imitaciones o con miradas. Una simple mirada le bastará para hacerte saber que lo que has dicho le ha enfadado, y te callarás. Y sin darte cuenta, está anulando tu personalidad por completo. Tendrás miedo de qué decir por si hiere o enfada a tu pareja. Si tienes que elegir entre decir algo que le molestará o no decirlo para estar bien, vas a evitar los problemas a toda costa. Y parecerá tu decisión pero es él quien se ha ido encargando de que no digas nada que le moleste utilizando su ira o sus silencios para conseguirlo.
Pero esto no queda aquí. El maltrato va un paso más allá y el súmmum del maltato invisible es el arrepentimiento. La montaña rusa del maltrato es que, en ocasiones estés rodeada de drama y el dolor más absoluto y, en cambio, en ocasiones te sientas como si vivieras un sueño. Claro, ¿cómo le vas a dejar si se arrepiente, te ha pedido perdón e incluso ha llorado, el pooobre? Ya se va a encargar le presión social -amigas, vecinas, familiares- de decirte que él es adorable, míralo, si te trajo flores. Si él dice que va a cambiar, que es la última vez, que controlará sus prontos. Y de repente estás en el paraíso: regalos, mimos, paseos, una invitación al cine, a cenar y... ya está, vuelve otra vez el infierno. Pero luego te pide perdón y se arrepiente y...
Te va a decir que eso él no lo ha hecho por nadie ni lo haría. Que es por ti porque eres única. Y a las personas nos encanta sentirnos únicas, ¿eh? Te va a hacer sentir la persona más especial del mundo y te dirá que son sólo prontos, que no pasa nada. Y llegará el día en el que él será lo único que te haga feliz, bien porque ya casi no sales con otras personas, bien porque él se habrá encargado de hacer que dependas de él, que te enamores hasta tal punto que tú tampoco imagines una vida sin él. Lo pasarás tan mal cuando discutáis que, cuando lo arregléis, te sentirás en el cielo. Y entonces, cuando ya le quieres, cuando ya sientes como si sólo le tuvieras a él en la vida, cuando te hace creer que sólo él te comprenda, que nadie te querrá como él, entonces es cuando justificas todas sus acciones sin darte cuenta.
Y la razón de esto es porque el amor que nos venden los medios de comunicación, el cine, la música... está rodeado de la toxicidad que consideramos amor normal. Nos enseña dependencia (no puedo vivir sin ti), nos enseña que las relaciones valen la pena aunque te pases el día discutiendo (El diario de Noah) y hasta el si tiene celos es que me quiere (que lo podemos encontrar hasta en una frase que diría tu vecina). No nos damos cuenta de lo peligrosa que es nuestra manera de ver el amor hasta que ocurren asesinatos machistas y en algunos periódicos se les llama crímenes pasionales. Cuando cada canción que escuchamos están repletas de moriría por ti (chantaje emocional utilizado por muchos maltratadores: si me dejas me mato) y luego nos sorprendemos al observar que el último mensaje que dejaron los agresores a sus víctimas eran de amor y no de amenazas. Es el amor tóxico el que necesita ser analizado y reestructurado, porque todavía hay gente que los mensajes anteriores los considera tiernos y no dependientes, tóxicos y controladores. Y es que el maltrato se lleva a cabo por personas normales, por tus vecinos, amigos o conocidos. Con sus aficiones y sus trabajos. Y no hay un perfil de maltratador porque maltratador es el que ha asumido el amor tóxico que nos vende la sociedad y lo usa a su favor.
He vivido esto... y no tenía ni idea de que era maltrato. Pensaba que había sido una mala relación y ya... pero es que es como si lo hubieras escrito describiendo mi relación con mi ex, punto por punto. No sabes cómo me has ayudado con esto de verdad... ni te lo imaginas.
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